La capital de la región de Campania tiene fama de peligrosa, al menos es lo que la mayoría de las personas me comentaban cuando hablaba de mi próximo viaje. Bien, pues una vez allí y tras tres días recorriendo sus calles y barrios (incluso me adentré en el ‘temible’ Barrio Spagnolo) he de decir que no es para tanto. Yo por lo menos no tuve ningún problema ni me sentí inseguro en ningún instante. Además hay zonas en la ciudad que tienen una decadencia de lo más encantadora!!
Nada más aterrizar cogí un tren en dirección Pompeya, está a tan solo media hora de camino y se trata como sabéis de una ciudad enterrada en el Siglo 79 d. C. por la violenta erupción del Vesubio, volcán que por cierto continúa en actividad a día de hoy y muy vigilado. Con esta premisa y la buena conservación de sus calles tras el paso de miles de años, es de visita obligada. Incluso podréis ver un antiguo horno de más de 2000 años de antigüedad!! Impresionante.
Desde la web del propio parque arqueológico podéis contratar un guía oficial, como hice yo, porque así podréis conocer las costumbres de los Pompéiens, cómo era su vida diaria y el por qué de muchos aspectos que seguro os sorprenderán durante el paseo. Reservad una mañana o una tarde completa, ya que es muy grande!
En este viaje también confié en EurostarsHotels a la hora de elegir un buen descanso, y vaya si lo conseguí! Atención al potente nombre: Hotel Excelsior. Tiene porte, ¿Verdad? Y es que se trata de un bonito edificio en un excelente barrio, que pese a no estar en pleno centro (15 minutos andando) hará las delicias del viajero más exigente. Su clasicismo emana por todos sus rincones y el privilegiado enclave junto al Mediterráneo con las espectaculares vistas al Vesubio, hacían que me costara salir cada mañana a recorrer la ciudad, me hubiese quedado en mi habitación todo el día!!En el siguiente enlace hago uno de mis Room Tour:
https://www.instagram.com/p/Bd-JqJWjYYo/?taken-by=miguelitopotito
¿Qué ver en Nápoles?
Todo su centro histórico merece un buen paseo, avalado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Yo visité el Museo Cappella Sansevero (Su Cristo Velato es realmente asombroso), la calle San Gregorio Armeno (curiosamente repleta de puestos callejeros y tiendas con belenes de navidad durante todo el año), la Piazza del Plebiscito (cuenta una leyenda que tiene una gravedad especial por la que nadie es capaz de cruzar con los ojos cerrados de un lado a otro sin desviarse del camino, yo lo intenté y ya os digo que me fue imposible), Spaccanapoli (literalmente rompenápoles) divide la ciudad entre norte y sur y es muy interesante de recorrer para sumergirse en la vida cotidiana de los Napolitanos. Y por último imprescindible la visita al Castell Dell’ovo, por su espectaculares vistas del Golfo de Nápoles. La entrada es gratuita y os recomiendo subir hasta la ‘Terraza deiCannoni’ desde la que podréis admirar el mar, el puerto y el Vesubio todo de un plumazo. Impagable!
En cuanto a comer, son varios los sitios famosos por excelencia (de estos de hacer cola más de una hora) y aunque algunos de ellos los probé y otros me negué por la larga espera, os dejo a continuación los que a mi parecer, son los más recomendables, teniendo en cuenta que los Napolitanos presumen de haber inventado la pizza, yo he de decir que todas las que probé estaban buenas pero sinceramente, las he comido mejores aquí en España:
Tandem. Vico SS. Filippo e Giacomo, 1-11 Dicen que sirven el mejor Ragú de Italia. Yo era el primero que probaba así que no podía comparar, pero os diré que estaba realmente bueno y a un estupendo precio.
Di Matteo. Via dei Tribunali, 94. Al final de la calle de los belenes que os hablaba antes, se encuentra esta Trattoría en la que, con un poco de paciencia agolpado entre la gente que se para frente al mostrador, podréis conseguir para takeaway unos deliciosos crocché de patata y grancini de arroz. Están riquísimos, son muy baratos y hay una pequeña plaza junto al local en el que puedes sentarte a comerlos.
Ristorantino dell’Avvocato. Via Santa Lucia 115. Un excelente lugar, decorado con gusto, tranquilo y en el que darse un pequeño homenaje con auténtica cocina Napolitana y un buen vino de la Campiña.
Antica Pizza Frita da Zia Esterina.Piazza Trieste E Trento, 53. ¿Alguna vez habéis probado la pizza frita? Pues aquí en Nápoles son expertos. Digamos que es igual que una calzone solo que en lugar de al horno, va frito en abundante aceite. El método de este local es el siguiente: Haces cola para comprar la pizza con los ingredientes que desees y la bebida. Te dan un ticket con un número y a esperar a que llegue tu turno como en la carnicería! Yo estuve una hora y cuarto esperando. El lado bueno es que puedes irte a dar una vuelta (está en pleno centro) y volver después. Tienen cuatro mesas altas (que tienes que compartir) en la puerta en la que poder comerlas una vez te la han servido. Estaba rica, pero sin más, es masa frita con tomate y queso, no tiene ningún secreto y es fácilmente olvidable, salvo por la curiosidad de hacerte la foto comiéndotela.
Para los golosos, no dejéis de probar el Sfgliatelle, un dulce típico de Nápoles elaborado con hojaldre y la Babá con Ron, que a mí no me hizo especial gracia por el intenso sabor al ron, pero he de reconocer que como pastel, es una gran idea. Los más famosos son los de Scaturchio.
En definitiva, Pompeya y Nápoles son dos ciudades muy dignas de visitar y con un encanto especial, para una escapada de fin de semana resulta perfecta 😉