Much@s ya sabéis que Gran Canaria es mi destino favorito de España. Siempre presumo de ella como “mi islita” y es que he estado en ella tantas y tantas veces que el día que me ponga a contar todas las ocasiones en las que he viajado allí, puede que el número resultante sea mayor que mi edad. Y claro, ¿Por qué aún no había un post en mi blog sobre la isla? Muy sencillo: En el año y medio de vida que tiene esta página, y aunque durante este tiempo la he visitado en varias ocasiones, han sido viajes cortos o con algún motivo en concreto como para cubrir el Maspalomas Pride. Por ello quiero esperar a tener la oportunidad de darme una escapada larga en la que recorrerla completa, de norte a sur, pasando por los increíbles paisajes del interior, sus pueblecitos blancos, su Roque Nublo, su completa gastronomía… En definitiva, que espero que pronto podáis leer un post bien completo acerca de la multitud de atractivos que tiene Gran Canaria en todo su territorio, que son muchísimos y tan variopintos que estoy seguro escribiré el artículo más largo de la historia de mi blog 🙂
En el que hoy nos ocupa, os hablaré de mi última de mis escapadas, que fue en el mes de febrero. Una época estupenda para visitar la isla si queremos desconectar de nuestra rutina y disfrutar de unos soleados días en pleno invierno. La temperatura media allí en febrero es de 21,2 grados, ahí es nada! Y he querido conocer un nuevo alojamiento llamado Seven Hotel & Wellness, de la cadena Mow Hotels. Cuentan con tres hoteles en el sur de la isla, todos ellos enfocados al turismo LGBT. El mío en cuestión es además el único hotel de 4 estrellas ‘gay men only’ de Maspalomas. Era mi primera experiencia en un alojamiento de playa de estas características y la expectación era alta.
Seven se encuentra muy cerca del Campo de Golf de Maspalomas, una de las zonas más tranquilas del sur de la isla y ello ayuda a que el silencio y la tranquilidad en sus instalaciones sea máximo. Al llegar a la entrada me sorprende la cuidada decoración y que tengas que facilitar tu nombre previamente, lo que dota al complejo de una gran seguridad. Nada más traspasar sus puertas me reciben con una gran sonrisa en una sencilla Recepción que se encuentra junto a la gran piscina del hotel, de la que me enamoro a primera vista con sus hamacas acuáticas. Desde luego no falta detalle, la piscina tiene el agua climatizada para que resulte más agradable en días u horas más frescas, la música del bar que hay junto a ella está al volumen perfecto e invita a relajarse y tanto el jardin como el mobiliario resultan de lo más acogedores. Desde luego mi primera impresión es inmejorable, me doy cuenta de la buena elección que he hecho y de que he llegado a un lugar en el que van a mimarme mucho.
El hotel dispone unicamente de 24 habitaciones, todas ellas con terraza exterior, y al entrar en la mía veo un gran espacio, de tonos blancos neutros con un área privada de baño cuyo diseño evoca a un spa con ducha efecto lluvia, amenities de lujo… La decoración es sencilla a la par que sofisticada y un punto que destaco muy positivamente es la absoluta limpieza de cada rincón, algo para mí súper importante cuando viajo. A destacar también que encontrarás un pequeño minibar con snacks y bebidas de cortesía que ofrecen a todos sus clientes, algo que yo he visto en muy pocos hoteles.
En el recorrido que hago por las instalaciones del hotel, además de lo mencionado anteriormente me encuentro con un amplio gimnasio al aire libre, un gran jacuzzi exterior climatizado, grandes camas balinesas y un centro wellness con sauna, sala de tratamientos, duchas efecto lluvia y zona de relax, así como toallas a disposición de los clientes, agua, etc. Todas las instalaciones del hotel son completamente de uso libre y gratuito.
Y por último pero no menos importante, su Restaurante Abora. Ofrece una cuidada carta de productos de temporada fusionando la cocina canaria con la internacional. El resultado es sencillamente excelente y a continuación podéis ver algunos de los platos que pude probar en una de las cenas:
Pude disfrutar también cada mañana de sus completos desayunos que eran perfectos para comenzar cada mañana con fuerza. Mucha variedad, productos de calidad con embutidos, frutas y verduras frescas recién cortadas, zumos naturales y una carta en la que puedes pedir platos elaborados al momento como tortilla de patata, huevos fritos, champiñones a la plancha… y sin ningún coste adicional! Un lujo, vamos!
Si estás leyendo este post y te encuentras ahora en Gran Canaria en casa de algún amigo o en cualquier otro alojamiento, te cuento que en Mow disponen del llamado DayPass. Se reserva llamando por teléfono al hotel y consisete en un acceso durante todo el día para disfrutar de sus instalaciones, incluído el Wellness, un masaje y hasta el lunch del mediodía!! Una excelente primera toma de contacto que estoy seguro te enamorará y a tu vuelta a la isla no querrás elegir otro lugar para hospedarte durante tu estancia y vivir así la experiencia completa 😉
En cuanto a lugares fuera del hotel y continuando en la zona sur, recomiendo visitar:
- Faro de Maspalomas: Su interior es accesible desde febrero de 2019 y es una auténtica joya arquitectónica. Puedes subir incluso a su terraza.
- Paseo de Meloneras: Por la tarde, ver atardecer paseando desde el propio Faro hacia el Oeste y junto al mar es todo un espectáculo.
- Mirador de las Dunas: Se accede a través del Riu Palace Maspalomas, fue renovado hace unos meses y ofrece una incomparable panorámica de las dunas.
- Un paseo por los ocho kilómetros de senderos en las Dunas: Durante el estado de alarma parece que se ha recuperado el idílico aspecto de hace 50 años y están más bonitas que nunca.
Enlaces de interés: