Ruta gastronómica y de naturaleza por la Ribera del Duero

Ruta gastronómica y de naturaleza por la Ribera del Duero

¿Buscando un lugar cercano de nuestra península para hacer un viajecito en el que respirar aire puro? No te pierdas esta competa ruta!! Tenía ya muchas ganas de volver a mi Tierra, a mi Castilla y León y visitar algunos de los puntos en los que nunca había estado, y en este caso elegí una pequeña ruta, por libre, en uno de los parajes con más sabor de toda España: la Ribera del Duero, cuna de algunos de nuestros mejores vinos, para mí, como no podría ser de otra manera… los mejores, claro!

PRIMERA PARADA: EL BURGO DE OSMA

Se trata de un pequeño pueblo de la provincia de Soria declarado Villa de Interés Turístico en 1962 y Conjunto Histórico-Artístico en 1993. Además tenía la gran suerte de que mi primera pareja, con la que tengo muy buena relación a día de hoy, nació y se crió aquí, con lo cual tuve unas recomendaciones estupendas de qué visitar y dónde comer durante mi estancia allí 🙂

QUÉ VER

  • Catedral de Santa María de la Asunción.
  • Plaza Mayor. Un claro ejemplo de típica plaza castellana con sus soportales. Merece la pena detenerse en el Antiguo Hospital de San Agustín con su espectacular fachada.
  • Calle Mayor. Es la calle con mayor tránsito de personas y en la que se suceden tiendas de toda la vida, restaurantes e interesantes muestras de la arquitectura popular. Continuando por la derecha al final de esta calle y dejando atrás la Catedral, llegaremos al Puente del Burgo, en el que tendremos una bella postal y podremos ver la parte mejor conservada de las murallas.

DÓNDE COMER

Sin duda, donde más disfruté de la gastronomía local fue en el Restaurante Argaela, que forma parte del Hotel Castilla Termal en el que me alojé durante aquellos días. Más abajo os hablo sobre este magnífico hotel pero ahora sigo con lo que nos ocupa. La cocina del establecimiento combina magistralmente platos tradicionales castellanos con productos de temporada. El resultado es sorprendente y realmente exquisito, y en las siguientes fotos estoy seguro de que podréis comprobarlo:

También estuve de tapas por el pueblo y el bar que más me cautivó fue La Alquimia. Fabrican su propia cerveza artesanal, fueron tan amables de darme a probar cuatro de ellas para que eligiese la que más me gustaba y así pedirme una pinta entera, a mí este tipo de detalles es que me cautivan! Allí probé los tradicionales torreznos de Soria, desde luego de los mejores que he podido comer en mi vida, textura, sabor, ejecución… absolutamente perfectos!! Y hay algo característico de esta Cervecería que me resultó de lo más divertido y original: De vez en cuando organizan partidas de Trivial entre los clientes, se hacen grupos y se van respondiendo las preguntas que van sacando en la TV. Durante el juego no permiten la utilización de smartphones bajo ningún concepto y además se implican tanto que el tema adquiere un nivel de competitividad digno de profesionales.

DÓNDE ALOJARSE

Como comentaba antes, yo escogí Castilla Termal para mi estancia y fue todo un acierto. En primer lugar por su enclave, en pleno centro de la localidad y ocupando un emblemático edificio del s. XVI, antigua Universidad de Santa Catalina. La majestuosidad del edificio sorprende nada más llegar y en su interior cuenta con un patio renacentista con una gran cúpula acristalada, bajo la que se esconde una zona termal de la que contaré más a continuación.

A destacar la amplitud de las habitaciones, con una limpieza exquisita de todos los rincones, un mobiliario e iluminación de lo más acogedor y la amabilidad del personal, entregados a hacerte sentir especial durante tu estancia con ellos. Realmente es uno de los hoteles más especiales en los que me he alojado.

Bajo el patio Renacentista se encontraron Aguas Mineromedicinales y termales, por lo que se decidió ubicar aquí el Balneario con el que cuenta el hotel. Yo hice el Circuito de Contrastes San Baudelio y allí, en un enclave único evocando a una ermita Mozárabe del s. XI tuve algo más de hora y media de auténtica relajación. Este recorrido solamente pueden hacerlo máximo 8 personas al mismo tiempo, por lo que la tranquilidad está asegurada y además en todo momento estás atendido por un guía-auxiliar que te va explicando cada uno de los elementos del recorrido. Además de esto, también disponen de una piscina activa de agua termal mineromedicinal con multitud de jacuzzis, chorros descontracturantes… Si estáis por la zona, aunque sea de paso sin alojaros en el hotel, entrad igualmente e informaros porque la experiencia merece mucho la pena!

SIGUIENTE PARADA: SANTA CRUZ DE LA SALCEDA, UNA ALDEA DE 140 HABITANTES. 

Continuamos la ruta de este a oeste parando en Peñaranda de Duero, pueblo declarado Monumento Histórico-Artístico. Parece que por sus calles no hubiera pasado el tiempo, imprescindible darse un paseo y además subir al Castillo, del s. XI ubicado en lo alto de una colina. Desde allí las vistas son espectaculares. Si lo encuentras abierto, el Castillo es de acceso gratuito, pero subir a su Torre cuesta 2 euros.

A menos de 5 KM de aquí se encuentra La Vid, imprescindible parar a contemplar el imponente Monasterio situado a orillas del río Duero. En su interior podemos descubrir su bellísima biblioteca, un museo de arte sacro y otro numismático de monedas y medallas antiguas.

Y ahora sí, llegamos a Santa Cruz de la Salceda, la aldea que da título a este capítulo del viaje y en la que pasaré los siguientes tres días. He escogido este enclave por considerarlo estratégico para visitar las diferentes e interesantes propuestas tanto culturales como de naturaleza de la zona, así tenía todo cerca cada mañana para visitarlo. Y también, porque aquí se encuentra un pequeño hotelito llamado Las Baronas, que forma parte de la prestigiosa Ruralka. Para los que no la conozcáis, se trata de una exquisita selección de unos 200 hoteles con encanto alrededor de todo el territorio español. Ya he viajado varias veces de la mano con ellos y siempre es un total acierto, una manera de asegurarte que tu escapada será absolutamente perfecta.

El Hotel Las Baronas es una casa típica señorial del s. XVII, restaurada y dotada de las mejores instalaciones. Sus espacios, así como mi habitación, eran absolutamente confortables y tenían ese aire tradicional que tanto busco cuando hago un viaje a la naturaleza.

Una curiosidad: Enfrente del hotel se encuentra el Museo de los Aromas, el primer y único museo existente en Europa sobre los aromas en general y el olfato. Entré a visitarlo (hacen siempre una pequeña introducción para explicarte algunos aspectos y cómo disfrutar de todo ello al máximo) y me pareció de lo más interesante y original, una actividad diferente y estimulante para los sentidos.

QUÉ VER

La zona está repleta de pueblecitos con encanto y enclaves naturales realmente sensacionales. Los que más me gustaron a mí fueron:

  • Pie de presa: Se trata de un agradable camino por la ladera de la montaña con el Río Riaza de fondo mientras disfrutas de unas espectaculares vistas. Es un lugar de lo más desconocido, de hecho ni sale en las guías ni en google como tal. Por eso os explico exactamente cómo podéis llegar: Saliendo de Santa Cruz de la Salceda dirección al Embalse de Linares por la SG-945 en un par de minutos llegaréis a un pequeño desvío que pone ‘Pie de presa’, lo tomáis y llegaréis a una explanada en la que podréis dejar el coche y comenzar el camino a pie tras la caseta de madera. Si no lo encontráis de esta manera, buscad en google maps lo siguiente: ¨Reserve naturelle vautours¨. En este mismo punto es donde comienza el camino a pie que relato. Muy, muy recomendable.

  • Maderuelo: Es uno de los ¨Pueblos más bonitos de España¨ y situado al otro lado del Embalse de Linares (podéis visitarlo justo después del Pie de Presa). Su puente medieval (único punto de acceso por tierra), sus iglesias, su muralla, sus calles adoquinadas, la tenue iluminación nocturna y su característico trabuquete hacen de Maderuelo una visita imprescindible.

  • Hoces del Río Riaza: Os recomiendo que antes de adentraros en esta maravilla natural hagáis una paradita en su Centro de Visitantes. Allí os explicarán con mapas las diferentes rutas y podréis interpretar bien todo lo que a continuación disfrutaréis. Yo elegí la ¨Senda entre puentes¨ que es facilita y se hace en un par de horas como mucho. Existen multitud de aves rapaces en la zona, mirad hacia arriba porque las veréis sobrevolar el cielo (hay muchísimas) y es un auténtico espectáculo.

  • Valdevacas de Montejo: Esta pequeña aldea tiene un monte llamado “El Cerro Alto” desde el cual tenemos una impresionante vista 360 grados de toda la Comarca. Simplemente dejando el coche abajo, la subida caminando es rápida y muy sencilla.
  • Aranda de Duero: Se trata de la ciudad más importante de la Ribera del Duero en la provincia de Burgos. Os animo a recorrer su encantador casco histórico prestando atención a la Iglesia de Santa María o la de San Juan, así como el puente medieval. Incluso podréis viajar a la Edad Media visitando alguna de sus bodegas subterráneas medievales que están excavadas bajo las casas del comentado casco, formando un espectacular entramado de 7 kilómetros de galerías y túneles que datan de los siglos XII y XIII.

DÓNDE COMER

  • Restaurante La Serrezuela en Montejo de la Vega: Una de mis grandes sorpresas de este viaje, en un pueblecito con menos de 200 habitantes la expresión “Cocina de temporada” adquiere un significado propio. Giorgio y Miguel lo regentan desde hace dos años y, como máximo, ofrecen su servicio a 15 comensales, ello les permite preparar los platos con sumo cariño y explicándolos con calidez y detalle. Aquí no hay carta, se come lo que su (propio) huerto ofrece cada mañana y la carne más fresca y honesta de la que dispongan. Las elaboraciones son sencillas y como el producto es local, de tan alta calidad y el dominio de Giorgio en la cocina es prácticamente virtuoso, cada plato resulta más admirable que el anterior. Merece la pena que si estáis por la zona, guardéis una de las comidas o cenas para acercaros a La Serrezuela, es un lugar con mucho corazón.

  • Restaurante El Lagar de Isilla en Aranda de Duero. Es de obligado cumplimiento que si vienes a la Ribera del Duero, pruebes nuestro Lechazo de Castilla y León IGP 🙂 Y aquí, en este local histórico que además se encuentra en el TOP 3 en TripAdvisor, degustarás el mejor. A primera hora de cada mañana, el horno de leña de encina (bien seca) se enciende a una temperatura de 200º. La receta típica es muy sencilla: Con agua y sal, se introduce el cuarto de Lechazo en el horno durante 1 hora y cuarenta y cinco minutos. Ya está. Increíble que de una manera tan fácil obtengamos un plato tan sabroso pero es que aquí, en el Lagar de Isilla, el único Lechazo que se sirve es el IGP (Indicación Geográfica Protegida) de Tierra de Sabor. Y si dispone de esta identificación, no hay lugar a dudas de que estamos ante un producto de máxima calidad. El auténtico, vamos! Si venís aquí a comer, podréis bajar a conocer su bodega histórica del Siglo XV, completamente gratis, y admirar las más de 450 referencias de vino que se conservan aquí a una temperatura constante de entre 9 y 13 grados.

Y aquí termina esta ruta, libre como he comentado al principio del post, por la Ribera del Duero. Podréis encontrar muchas más e información detallada de cada uno de los puntos de esta interesante zona en su página oficial. También en mi Destacada de Instagram con menciones directas, geolocalizaciones, etc

Y terminar comentando que como siempre intento transmitir, hay ocasiones en las que no hace falta recorrer miles de kilómetros, porque tenemos lugares maravillosos mucho más cerca de lo que nos pensamos 😉